Efecto analgésico
La magnetoterapia pulsátil, gracias a la inducción electromagnética, condiciona la formación de corriente en las fibras nerviosas. Esta corriente inducida provoca el bloqueo del paso de las sensaciones dolorosas desde el lugar del dolor a través de la médula espinal hasta los centros cerebrales. Como resultado de este y otros mecanismos, se produce la supresión del dolor. Estos mecanismos adicionales incluyen el aumento de la producción de endorfinas, la supresión de la inflamación y la hinchazón. Además, también se aplica el mecanismo de miorrelajación, o liberación del tono muscular (tensión).
El aumento de la liberación de endorfinas y la regulación del transporte de iones de calcio a través de la membrana celular también contribuyen a la vasodilatación, el efecto analgésico y la calma.
Se demostró un aumento de la actividad de la lactato deshidrogenasa en el músculo expuesto tras las aplicaciones de magnetoterapia pulsátil. La lactato deshidrogenasa condiciona la descomposición del ácido láctico, que provoca los receptores nerviosos y causa dolor.
Efecto curativo
El efecto curativo y regenerativo de la magnetoterapia pulsátil en huesos y tejidos blandos se explica por la irritación inespecífica de la membrana citoplasmática (celular). En esta membrana, se activa una cadena metabólica cuyo punto clave es un cambio en la relación entre el AMPc y el GMPc, es decir, un cambio en la relación entre el monofosfato de adenosina cíclico y el monofosfato de guanosina cíclico.
En el caso del efecto regenerativo en el hueso, las aplicaciones provocan un aumento de los osteoclastos y el consiguiente inicio del proceso de regeneración del tejido óseo. La magnetoterapia pulsátil acelera significativamente la cicatrización, activa la formación de nuevo tejido, la calcificación y provoca un aumento de la sensibilidad a la hormona paratiroidea, que, entre otras cosas, ayuda a controlar el nivel de calcio en el organismo.
Un mejor riego sanguíneo de los tejidos y una mayor saturación de oxígeno ayudan a reducir más rápidamente la inflamación en todos los tejidos y potencian el efecto de cualquier tratamiento antibiótico.
También se acelera considerablemente la curación de los nervios periféricos dañados y la regeneración de las neurofibrillas (fibras de las neuronas) y el crecimiento de los axones centrales (fibras que salen de las células).
Efecto antiflujo
El edema se produce por una alteración de la circulación sanguínea a nivel de los capilares sanguíneos con la consiguiente acumulación de líquido entre las células.
La aplicación de la magnetoterapia pulsátil tiene por objeto contrarrestar las principales causas de la hinchazón, es decir, el aumento de la presión sanguínea en el tejido fibroso (los vasos sanguíneos más pequeños del cuerpo), los trastornos de la salida de líquido del tejido y también un posible aumento de la permeabilidad de las paredes del tejido fibroso.
Un papel importante en el efecto antiedematoso de la magnetoterapia pulsátil lo desempeña la mejora de la perfusión, es decir, un mejor flujo a través de los tejidos.
La aceleración del metabolismo tras la aplicación de la magnetoterapia pulsátil permite una absorción más rápida de la inflamación y, al mismo tiempo, se produce un importante efecto antiinflamatorio y analgésico en la zona.
Efecto miorrelajante
La magnetoterapia pulsátil acelera la eliminación de metabolitos ácidos que causan irritación dolorosa en los músculos e inflamación crónica.
El lavado de estos metabolitos se debe a la mejora de la perfusión (flujo a través de los tejidos) y al aumento de la actividad de la lactato deshidrogenasa, que condiciona la descomposición del ácido láctico.
La aplicación de magnetoterapia pulsátil reduce significativamente los espasmos musculares (calambres). Además, la terapia reduce la irritación radicular, que suele causar hormigueo y dolor punzante o quemante.
Al suprimir el dolor, la magnetoterapia pulsátil modifica los cambios de reflejos del organismo. Al ajustar estos reflejos, el cuerpo relaja los espasmos musculares o las contracturas y espasmos. El resultado de esta relajación es un mayor alivio del dolor.
Por tanto, la aplicación de la magnetoterapia pulsátil conduce a la relajación de los músculos esqueléticos y a la mejora de la movilidad. Esta mejora del impulso permitirá seguir ampliando la terapia, por ejemplo en ejercicios de rehabilitación igualmente más sencillos.
Efecto vasodilatador
La magnetoterapia pulsátil con los parámetros adecuados contrarresta la llamada formación de espuma o aglomeración de los eritrocitos que transportan el oxígeno en la sangre. El efecto resultante es una redispersión de los eritrocitos individuales, aumentando así el área capaz de fijar oxígeno. Así, la sangre sometida a un campo magnético pulsado adecuado puede oxigenarse y transportar oxígeno a los tejidos.
Durante la magnetoterapia pulsátil , se produce una activación parasimpática y un reflujo de iones Ca2+, lo que conduce a la relajación de la musculatura de los vasos sanguíneos (especialmente los esfínteres precapilares) y a la consiguiente vasodilatación.
La aplicación de un campo magnético pulsado de baja frecuencia afecta a la polarización de los glóbulos rojos con carga positiva. La polarización de las células sanguíneas afecta al tono muscular de los vasos sanguíneos finos, las arterias y las células ciliadas (capilares). Esto conduce a la ampliación de este torrente sanguíneo (vasodilatación y mejora de la microcirculación) y, por tanto, a un mejor suministro de sangre oxigenada y nutrientes a los tejidos. La mejora de la microcirculación también contribuye a una eliminación más rápida de sustancias tóxicas y metabolitos de los tejidos.
La magnetoterapia pulsátil también aumenta significativamente la presión parcial de oxígeno y afecta a la plasticidad o elasticidad de las células sanguíneas. Así, las células sanguíneas más flexibles pueden pasar más fácilmente por el torrente sanguíneo. Además, con la aplicación a largo plazo de este método, también se produce neovascularización, es decir, una formación más rápida de nuevos vasos sanguíneos.
La aplicación de campos magnéticos pulsados también reduce el riesgo de formación de coágulos sanguíneos (trombos).
Efecto detoxificante metabólico
La magnetoterapia pulsada penetra uniformemente en el tejido humano y puede así actuar, como uno de los pocos métodos, también en el lugar de la inflamación interna.
Cuando se aplica la magnetoterapia pulsátil, ésta actúa sobre cada célula e induce en ella corrientes eléctricas débiles. Debido a esta inducción de corrientes eléctricas, se producen cambios en los potenciales de la superficie celular. La base de cualquier proceso de desintoxicación es precisamente un mejor aporte de nutrientes y una mejor eliminación de los desechos metabólicos de los tejidos.
El principal órgano desintoxicante del cuerpo es el hígado, por lo que se recomienda centrarse en él durante las aplicaciones de magnetoterapia pulsátil. Una hidratación adecuada también favorece la función del hígado, y para ello pueden utilizarse líquidos que hayan sido sometidos a la denominada magnetización. Se trata de un proceso por el que la magnetoterapia pulsada aplicada al agua modifica su estructura. Esta agua tiene, entre otras cosas, una mayor capacidad para unir moléculas de oxígeno y es más blanda, por lo que disuelve y elimina mejor las sustancias de desecho y otros metabolitos.